El ministro de la OCDE

Edgar Mora Altamirano es una pieza clave en el gobierno “de unidad” de Carlos Alvarado. Salió de un partido cantonal que lo llevó a ser alcalde de Curridabat por un periodo de diez años. Muchas de sus acciones desde la alcaldía han estado relacionadas con políticas que promueve la OCDE, estando, por tanto, muy ligado a este organismo internacional. En este sentido, no es de extrañar que las reformas educativas que ha venido planteando el ministro Mora tangan absoluta concordancia con el proceso de reestructuración estatal que promueve la OCDE. Es por ello que este ministro es la ficha clave del organismo en el gobierno de Alvarado, a quienes se suma el equipo económico designado por Rodolfo Piza (este incluido).
El interés de la última década de los gobiernos es la incorporación de Costa Rica a la OCDE, impulso que toma fuerza con las administraciones del Partido Acción Ciudadana. ¿Y cuál es el requerimiento de este organismo para que el país sea miembro? Los niveles de educación deben estar sobre la media requerida, he ahí la razón del nombramiento de Edgar Mora como ministro. Ahora hágase la correlación con las políticas de la OCDE en materia educativa: reducción del gasto público en educación (reducción de presupuestos por subejecuciones y nula inversión en infraestructura), proceso de incorporación del capital privado en el sistema público (“unibezación” de la educación (o charterización en EUA) para ponerlo en términos criollos en relación con los EBAIS-Unibe –privatización solapada de la salud– para el cual Edgar Mora fue pieza clave como alcalde), evaluaciones estandarizadas acordes al modelo OCDE en manos de una empresa privada aplicadora (las pruebas del organismo se enfocan en español y matemáticas, así como la certificación de idioma, ahora compárese con proyecto FARO) y la descentralización de la educación (Edgar Mora es un defensor de la descentralización de las funciones del poder ejecutivo desde sus tiempos en la alcaldía).
¿Es Edgar Mora el eslabón más débil del gobierno para explicar el ataque que está sufriendo por parte del sector docente-estudiantil? No. Es de los eslabones más fuertes si se incluye al ministro de seguridad, al ministro de la presidencia y al equipo económico. Por esta razón es que Carlos Alvarado lo defiende a capa y espada, porque tiene un compromiso y un objetivo con la OCDE, y esas son las instrucciones recibidas desde el organismo como condicionante.
¿Podrá ser destituido Mora como ministro? Esa es la gran disyuntiva. El panorama es oscuro en este sentido, es un camino empinado. Carlos Alvarado no va a soltar a esta pieza clave que está dirigiendo los designios de la OCDE a golpe de tambor, sería un retroceso en este proceso. Solo la presión concertada del movimiento docente-estudiantil, que colapse el país al regreso de vacaciones, puede mover las fichas contra Mora, así que estos quince días pueden significar el reajuste del plan de lucha o el bajonazo del movimiento.
Las baterías del gobierno empresarial de Alvarado (con el apoyo de sus medios de comunicación) están atacando por todos los flancos posibles y sus acólitos fundamentalistas del progresismo colaboran decididamente en la persecución. Ciertamente el estudiantado fue un movimiento no calculado por el gobierno y les hizo replegarse en los últimos días, por ello ataca con fuerza el poder del estado.Y sin embargo, ese movimiento estudiantil es la espada de Damocles para el gobierno. No puede reprimirlo con la violencia deseada, como lo hiciera el año pasado contra el sector docente en la huelga indefinida, sería jugarse el desprestigio nacional e internacional, especialmente con los organismos a quienes sirve (OCDE principalmente), razón por la cual la estrategia se dirige hacia el ataque mediático, tendencioso y calumnioso.
Por otro lado, el crecimiento del movimiento puede legitimar al resto de sectores que se sentirían acuerpados por el estudiantado y provocar así un severo daño al poder político-económico. Con el ingreso del IVA y demás cargas impositivas, la nula reactivación económica, el inevitable crecimiento del déficit fiscal y el endeudamiento, así como la profundización de la contracción económica, y un descontento generalizado de la población, el futuro mediato del gobierno no es alentador. Es ahí donde el ministro Mora podría ver impostergable su salida de la cartera de educación, lo cual daría un nuevo revés a la administración Alvarado.
Desde el estado llamado Costa Rica

Teorías de la pedagogía anarquista

Existen básicamente dos teorías de la educación en el anarquismo, las no directivas, donde se deja al niño y al adolescente en máxima libertad; y las sociopolíticas o directivas, donde se inicia con algún grado de autoritarismo en la temprana edad hasta liberar por completo en las etapas posteriores del desarrollo humano.

Teorías no directivas: Max Stirner es el principal pensador de las teorías no directivas. Afirmaba que debía existir “una educación para la libertad no para la servidumbre”. Para Stirner era claro que en la escuela se aprende la sumisión, puesto que es una institución que prepara para adscribirse a una iglesia, a un partido o al Estado. El maestro es una figura análoga con el policía, con el gendarme. Por estas razones, lo que la escuela debiera promover es la creatividad para desarrollar espíritus libres.

En el Neutralismo pedagógico, la educación debe ser neutral en contenidos y en valores, es decir, en la transmisión ideológica (incluso anarquista), pues el entorno libre de una “transmisión” dada, le permitirá al alumno decidir en libertad. Para Ricardo Mella, “la escuela no debe, no puede ser ni republicana, ni masónica, ni socialista, ni anarquista, del mismo modo que no puede ni debe ser religiosa”, pues en general sería considerada dogmática.

Para Tolstoi, la educación apunta hacia el fortalecimiento espiritual por la vía de la autoformación, dejando que aflore libremente la espontaneidad del niño. El maestro, que debe provenir del entorno popular, tiene como tarea acompañar al alumno, al tiempo que él mismo continúa educándose. El aprendizaje debería ser un proceso de cultura mas no de educación. Para Tolstoi, hay que “otorgarle a la persona la libertad completa para disponer ellos mismos de la enseñanza cuyas respuestas necesitan”. Esta propuesta era cercana a las ideas rousseaunianas y utilitarias de la educación.

Finalmente, en la teoría de Jacques Rancière, se aprende sin maestro. Lo que hay que enseñar es que no tenemos nada que enseñar, salvo a usar la propia inteligencia.

Teorías sociopolíticas: Para Bakunin, es la sociedad la que moldea al hombre por medio de la educación. Esta era entendida como instrucción del pueblo para la emancipación social y política. Se parte de la autoridad hasta llegar a la libertad. Dicha autoridad tiene como base a la razón (no lo metafísico, lo jurídico o lo teológico) y debe disminuir gradualmente para llegar a la máxima libertad, previo desarrollo de una férrea voluntad y un sólido autocontrol.

La propuesta de la desescolarización parte con Iván Illich. Para él, la escuela está para fortalecer las instituciones que bajo la máscara de la asistencia fortalecen la dependencia y finalmente el control, tras promover la tecnocracia. Propone conformar las “redes de aprendizaje” con otros centros comunitarios de estudio. Su propuesta se propone poner estas instituciones y su tecnología al servicio de la gente, a través de unidades descentralizadas que promuevan la “convivialidad” (convivencia y jovialidad), sin carácter obligatorio y que sean de utilidad social. Se exalta la educación informal, el autodidactismo y la vocación solidaria de compartir. Se separa de las ideas de Ferrer y se acerca más a las de Stirner.

Finalmente, para Ferrer i Guardia, no debe haber enseñanza religiosa pero sí científica; se propendía por la no competitividad, el libre desarrollo del pensamiento, la educación integral y los paseos al campo. En la Escuela Moderna existirá “una insólita libertad, se realizarán ejercicios, juegos y esparcimientos al aire libre, se insistirá en el equilibrio con el entorno natural y con el medio, en la higiene personal y social, desaparecerán los exámenes y los premios y los castigos”.

José Solano