Existen básicamente dos teorías de la educación en el anarquismo, las no directivas, donde se deja al niño y al adolescente en máxima libertad; y las sociopolíticas o directivas, donde se inicia con algún grado de autoritarismo en la temprana edad hasta liberar por completo en las etapas posteriores del desarrollo humano.
Teorías no directivas: Max Stirner es el principal pensador de las teorías no directivas. Afirmaba que debía existir “una educación para la libertad no para la servidumbre”. Para Stirner era claro que en la escuela se aprende la sumisión, puesto que es una institución que prepara para adscribirse a una iglesia, a un partido o al Estado. El maestro es una figura análoga con el policía, con el gendarme. Por estas razones, lo que la escuela debiera promover es la creatividad para desarrollar espíritus libres.
En el Neutralismo pedagógico, la educación debe ser neutral en contenidos y en valores, es decir, en la transmisión ideológica (incluso anarquista), pues el entorno libre de una “transmisión” dada, le permitirá al alumno decidir en libertad. Para Ricardo Mella, “la escuela no debe, no puede ser ni republicana, ni masónica, ni socialista, ni anarquista, del mismo modo que no puede ni debe ser religiosa”, pues en general sería considerada dogmática.
Para Tolstoi, la educación apunta hacia el fortalecimiento espiritual por la vía de la autoformación, dejando que aflore libremente la espontaneidad del niño. El maestro, que debe provenir del entorno popular, tiene como tarea acompañar al alumno, al tiempo que él mismo continúa educándose. El aprendizaje debería ser un proceso de cultura mas no de educación. Para Tolstoi, hay que “otorgarle a la persona la libertad completa para disponer ellos mismos de la enseñanza cuyas respuestas necesitan”. Esta propuesta era cercana a las ideas rousseaunianas y utilitarias de la educación.
Finalmente, en la teoría de Jacques Rancière, se aprende sin maestro. Lo que hay que enseñar es que no tenemos nada que enseñar, salvo a usar la propia inteligencia.
Teorías sociopolíticas: Para Bakunin, es la sociedad la que moldea al hombre por medio de la educación. Esta era entendida como instrucción del pueblo para la emancipación social y política. Se parte de la autoridad hasta llegar a la libertad. Dicha autoridad tiene como base a la razón (no lo metafísico, lo jurídico o lo teológico) y debe disminuir gradualmente para llegar a la máxima libertad, previo desarrollo de una férrea voluntad y un sólido autocontrol.
La propuesta de la desescolarización parte con Iván Illich. Para él, la escuela está para fortalecer las instituciones que bajo la máscara de la asistencia fortalecen la dependencia y finalmente el control, tras promover la tecnocracia. Propone conformar las “redes de aprendizaje” con otros centros comunitarios de estudio. Su propuesta se propone poner estas instituciones y su tecnología al servicio de la gente, a través de unidades descentralizadas que promuevan la “convivialidad” (convivencia y jovialidad), sin carácter obligatorio y que sean de utilidad social. Se exalta la educación informal, el autodidactismo y la vocación solidaria de compartir. Se separa de las ideas de Ferrer y se acerca más a las de Stirner.
Finalmente, para Ferrer i Guardia, no debe haber enseñanza religiosa pero sí científica; se propendía por la no competitividad, el libre desarrollo del pensamiento, la educación integral y los paseos al campo. En la Escuela Moderna existirá “una insólita libertad, se realizarán ejercicios, juegos y esparcimientos al aire libre, se insistirá en el equilibrio con el entorno natural y con el medio, en la higiene personal y social, desaparecerán los exámenes y los premios y los castigos”.
José Solano